viernes, 18 de febrero de 2011

EL MARIDAJE

El maridaje es el arte de combinar la comida con el vino, y bien dicho, arte. Se piensa que el maridaje es sencillo, es decir, carne roja con vino tinto, carne blanca con vino blanco, pero va mucho más allá.

El maridaje consiste en seleccionar dos elementos de forma uno no tape al otro. Sin ser un experto hay una serie de reglas del maridaje para tener en cuenta. Los alimentos grasos van bien con vinos ácidos y tánicos gracias a la sensación de sequedad que producen. El maridaje ideal para los alimentos ácidos son vinos semisecos, con un leve toque de acidez pero con mucha fruta, por ejemplo un Riesling.

Los alimentos especiados tienen un estupendo maridaje con tintos jóvenes y livianos. También un buen maridaje para este caso son algunos blancos más dulces con algo de acidez. Obviamente que el maridaje ideal para un plato fino será un vino delicado y para un plato fuerte un vino con mucho cuerpo.
Más allá que estas reglas pueden ser manipuladas a gusto del consumidor, si en la receta del plato se utiliza un vino determinado, se debe servir en la mesa el mismo para un maridaje perfecto.

Las carnes de caza o fuertes son ideales para realizar un maridaje con vinos de crianza, como los de La Rioja o Ribera del Duero. Cuanto más suave sea la carne, el maridaje será con un vino más liviano, ahora sí tomando en cuenta la uva con la que se produce. El pollo tiene la ventaja de ser una carne neutra, por lo que se pueden usar diferentes vinos para el maridaje, siempre y cuando sean coherentes a la hora de la elección. Los mariscos y pescados no necesariamente tendrán su maridaje con el vino blanco, ya que un salmón va muy bien con algunos tintos suaves. En el caso de la pasta, lo importante para el maridaje es la salsa.





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